José vivio el primer año de su vida amarrado con una cuerda de un metro de largo, sufrió demasiado hasta que lo rescatamos, desde entonces vive feliz y comodo en nuestra fundación donde disfruta sus dias jugando en libertad. Adoptar a Jose es abrir tu corazón a un amor incondicional y puro. Tendrás a tu lado un amigo leal y un compañero de vida que te brindará felicidad y aventuras inolvidables.